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Empresa y espiritualidad

Laura Oliván en conferencia en el Coloquio IDEA en



Hace unos días se llevó a cabo el 56° Coloquio de IDEA que, bajo el lema “Qué país queremos ser”, convocó a importantes empresarios y a referentes internacionales como Thomas Friedman, Susana Malcorra, Michelle Bachelet, y donde tuve el enorme gusto de moderar el espacio de espiritualidad.


Este segmento, que se tituló “Conversaciones sobre la fe en tiempos de pandemia”, es un espacio que forma parte de Coloquio desde 2007. Sí, hace casi 15 años que en el principal evento empresario del país se realizan los desayunos de oración, como se los llamó inicialmente.


Es un espacio en el que se reflexiona sobre la espiritualidad de los hombres y mujeres de empresa y se invita a algunos referentes a compartir sus vivencias vinculadas a la fe.

Por su carácter testimonial, lo que se habla allí es confidencial. Sólo se puede participar con inscripción previa y no está permitido el ingreso de la prensa.


Lejos del misticismo, este clásico del Coloquio, crece en concurrencia cada año y la semana pasada contó con la participación de casi el 50% de los inscriptos al Coloquio.


Es que no es frecuente encontrar en el ámbito corporativo espacios para reflexionar sobre la fe. Pareciera que el mundo de los negocios y el de la espiritualidad son incompatibles. Mientras uno es para personas fuertes, resolutivas y racionales; el otro, se caracteriza por el reconocimiento de la propia vulnerabilidad y la falta de certezas.


¿Las personas de empresa no pueden ser también personas espirituales? Les puedo asegurar que sí.

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